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sábado, 26 de febrero de 2011

Víctima o Creador

Hace unas semanas publicamos una entrada titulada "Líder o Víctima", por la que recibimos algunas recomendaciones, historias y referencias acerca de la relación Víctima-Líder-Creador, todas ellas interesantes y enriquecedoras; es por ello que compartimos una de ellas de una revista en línea:

En muchos cuentos y novelas podemos localizar fácilmente quien es la víctima. Y en la vida real también. Por lo general, las víctimas se caracterizan porque son las más queridas, sufren por varias circunstancias y parece que siempre hay algo o alguien que se interpone en su camino para ser felices. Muchas veces jugamos el papel de víctimas porque es lo que nos enseñaron o aprendimos a ser, quizá porque vivimos con alguien que era así y simplemente repetimos comportamientos.

En realidad, no es que este “mal” ser víctima, porque esta actitud a final de cuentas es simplemente un recurso que tenemos porque es lo que mejor sabemos hacer hasta ahora para resolver la vida. Sin embargo, los resultados de ser víctima no son muy alentadores, pues por lo general las víctimas, como hemos mencionado, no son muy felices que digamos ni se sienten muy realizadas, sufren mucho y, por lo general, se sienten constantemente confundidas e incomprendidas.

A pesar de los resultados y la vida gris de las víctimas, muchas de ellas no desean sentirse responsables por sus vidas ni su felicidad porque, a final de cuentas, ser victima es cómodo, no exige mucho, siempre habrá algo o alguien a quien hacer responsable, y hay tanta abundancia de pretextos que ni siquiera hay que gastar creatividad para inventarlos.

Es por eso que hay muchas víctimas que no reconocen que lo son, porque el hacerlo les exigiría un fuerte cambio, el cual consistiría en empezar a hacerse creadoras y vencer muchos impedimentos y obstáculos que requieren de trabajo, creatividad y mucha intención por avanzar. Tendrían que empezar a derribar muchos pretextos y dejar, entre otras cosas, de ser dependientes, lo cual es toda una reforma interior a lo que no todos están dispuestos.

Sin embargo, ser responsable y creador de nuestra realidad y felicidad tiene en verdad sus grandes tesoros. Quizá no sea el camino más sencillo, cierto, pero sus recompensas valen la pena, el riesgo y hasta el atrevimiento. A la larga, el creador es quien más tesoros tiene, es el que más se conoce y, por ende, el que más confianza y habilidades desarrolla. El creador es quien habilita capacidades extraordinarias de si mismo, es libre, fuerte e independiente emocional y económico, y se deleita con sabores de la vida más profundos y poco comunes.

Hablar de las fortunas del creador quizá sea difícil de explicar cuando no se han degustado. Sin embargo, la aventura de dejar de ser víctima para ser creador vale la pena.

Para empezar a ser creador, es necesario detectar donde estamos siendo víctimas de las circunstancias, para entonces poder empezar a fortalecer esta condición.

Una victima por lo general tiene estas actitudes:


• Su forma de expresarse es con frases como: “Me hizo” “Por su culpa” “Mira como me trata” “No me deja” “Es que no se puede” “Es que no tengo” “Es que nadie me ayuda, me da, me considera, etc.”.

• Una víctima suele condicionar su afecto: “Si no haces lo que “digo”, entonces “no eres digno de mi aprobación”.

• Una víctima por lo general cree que su suerte se debe: a su karma, su signo zodiacal, a su destino, a “su cruz”, a las decisiones del gobierno, a la posición de las estrellas, a que de pequeño su padre no lo apoyó, etc.,

• Una víctima por lo general se enfada muy seguido con todo y con todos, porque no se comportan a “como el o ella considera es lo mejor”.

• Una víctima suele tener amigos que le dicen lo que espera escuchar (y no lo que necesita escuchar), amistades que, además, le fomentan sus debilidades con frases como “Tu estas “bien”, el otro es quien está “mal”.

• Una víctima suele ser presa de confusión muy seguido y de depresión o soledad.

• Una víctima se toma todo como “personal” y se siente agredida frecuentemente con comentarios o actitudes de los demás.

• Una victima siente que es “muy especial” pero que nadie se fija en esto.

• Una víctima depende de sus amigos y de lo que hagan los demás para sentirse ya sea “bien” o “mal”.

• Una víctima es muy criticona, enjuicia mucho a los demás, vive comparando y dando su opinión.

Si tienes alguno o varios de estos “síntomas”, y deseas dejar de ser la víctima para arrancar una nueva vida, entonces tienes que empezar por dar estos pequeños pero grandiosos pasitos.

Aquí te damos tres pasos para empezar a convertir esta debilidad en fuerza creativa.

1. Lo primero es cambiar de perspectiva: si sigues creyendo que alguien vendrá a hacerte feliz o que alguien te ha robado tu alegría o impedido que lo seas, entonces no avanzarás mucho. Así que tienes que empezar por hacerte responsable de tu felicidad, y comprender que todos hacen lo que pueden: tus padres, novios, amigos, etc., han hecho lo que han podido y te han dado lo mejor de ellos, aunque no lo parezca. No les puedes exigir ni pedir más de lo que te quieren y pueden dar. Lo mejor es aceptar lo que nos pueden dar con gratitud y luego, voltear a ver como puedes empezar a hacerte feliz. Entre más sepas hacerte feliz, más experiencias plenas podrá compartir con los demás, y menos dependiente serás de todo lo demás. El primer paso consiste, entonces, en dejar de quejarse y culpar a quien sea por tu vida, y decidir que desde ahora harás todo lo que sea necesario para realizar lo que verdaderamente quieres.

2. El siguiente paso consiste en aceptarte así como eres, y dejar de enjuiciarte, porque cada vez que te enjuicias, te conviertes en un enemigo de tu persona. En lugar de enjuiciarte, criticarte o sentirte “poco”, necesitas verte con mucha objetividad, encontrar tus debilidades y tus puntos fuertes, y empezar a actuar a partir de ahí.

3. Y el tercer punto, consiste en tener confianza y respeto por ti, no ponerte en situaciones que no te hacen sentir bien o que no te gustan, y empezar a crear imágenes de ti y de tu vida que te gusten y admires, y darte ánimos para empezar a llevarlas a cabo. Todo esto empezar a requerirte quizá esfuerzo y una nueva actitud para contigo y los demás, pero no pierdas de vista lo que amas, empéñate en dejar atrás las dependencias y los pretextos, y descubrirás con sorpresa poco a poco cuan fuerte y creativo eres.

Revista Mundo Natural

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