Como cada año, diciembre y enero son buenos para reflexionar acerca de lo que se ha logrado y de aquello que aún se tiene pendiente por hacer. El cierre y apertura de ciclos generan un entorno de introspección que facilitan la auto conciencia, la cual es fundamental para iniciar un proceso de cambio de hábitos que te acerquen a lo que deseas.
Es un hecho que la vida es el camino y la felicidad un estado mental y emocional que requiere de la inteligencia para darle la verdadera dimensión a los eventos de nuestra vida. Debemos estar “despiertos” para disfrutar de todo cuanto hacemos.
La actitud con la que enfrentemos los sucesos del día a día, determinarán, en buena medida, el resultado que obtengamos. Es cierto que la vida no es gratis y transitar por ella “cuesta”; pero los seres humanos tenemos la capacidad de racionalizar los hechos y levantarnos en cada caída; esa es la diferencia entre el éxito y la derrota.
Aprovecha pues de esta época de reflexión y profundiza en tu mente, tus emociones, tus anhelos; deja de quejarte y, si es necesario, libérate de tus ataduras y cambia tus paradigmas. Hoy es un buen día, mañana tal vez sea demasiado tarde.
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