Se dice que la vida es simple, pero que nosotros mismos la complicamos, pues es tiempo de volver a lo básico y ahora que inicia el segundo mes de este bisiesto 2012, vale la pena replantear si nuestra vida merece un poco de simplicidad.
John Maeda en su libro “Las leyes de la simplicidad” hace mención a 10 leyes, el cual es un magnífico ejercicio sobre una idea sencilla y potente: en un mundo complejo, menos es más.
Las leyes son:
- REDUCIR: La manera más sencilla de alcanzar la simplicidad es mediante la reducción de elementos.
- ORGANIZAR: La organización de elementos permite que un sistema complejo parezca sencillo.
- TIEMPO:Ahorrar tiempo hace parecer las cosas más simples.
- APRENDER: El conocimiento hace que las cosas parezcan más simples.
- DIFERENCIAS: La simplicidad y la complejidad se necesitan entre sí.
- CONTEXTO: Lo que se encuentra en la periferia de la simplicidad es relevante.
- CONFIANZA: Confianza en la simplicidad.
Recientemente me hicieron llegar un correo con el siguiente contenido. El cual por su simplicidad me parece fundamental publicar en este espacio
Reglas básicas para ser feliz y vivir en armonía
¿Llegó? ¡SALUDE!
¿Se va? ¡DESPÍDASE!
¿Le hablaron? ¡CONTESTE!
¿No pidieron su opinión? ¡NO OPINE!
¿Encendió? ¡APAGUE!
¿Abrió? ¡CIERRE!
¿Desarmó? ¡ARME!
¿Rompió? ¡REPARE!
¿Ensució? ¡LIMPIE!
¿Mojó? ¡SEQUE!
¿No sabe cómo funciona? ¡NO LO TOQUE!
¿No sabe hacerlo mejor? ¡NO CRITIQUE!
¿No vino a ayudar? ¡NO ESTORBE! ¿Pidió prestado? ¡DEVUELVA!
¿No le pertenece? ¡PIDA PERMISO!
¿Habló de más? ¡SOSTÉNGALO!
¿Prometió? ¡CUMPLA!
¿Compró? ¡PAGUE!
¿Ama? ¡DÍGALO!
¿Le hicieron un favor? ¡AGRADEZCA!
¿Ofendió? ¡DISCÚLPESE!
¿Lo alabaron? ¡ACÉPTELO!
¿Le gustó? ¡REENVÍELO!
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